Por Jorge Perez
Jugar en el club más grande del fútbol argentino y sudamericano no es para cualquiera y no todos tienen la oportunidad de hacerlo. Algunos a veces no se dan cuenta donde están y terminan desaprovechando la oportunidad de hacer historia, ganarse el cariño de la gente y meterse en la historia del club.
El año pasado, hubo un jugador que nunca entendió donde estaba, que se hizo la estrella, que le faltó el respeto al club que lo formó, al club que lo bancó en su peor momento y que lo cuidó mientras tuvo dos lesiones importantes que lo dejaron fuera de las canchas por varios meses, haciendo enojar al hincha.
Estamos hablando de Benjamín Rollheiser, delantero que salió de nuestras inferiores y que decidió no renovar su vínculo con el Millonario. Después de varios meses desde su salida polémica, dieron los detalles que hicieron que este se termine yendo del club sin dejar un peso y jugar en Estudiantes de la Plata.
Cuenta Germán Balcarce, que en el momento de la renovación del contrato de Benjamín Rollheiser, su entorno y el futbolista pretendían que River (dueño del 80 % del pase) comprara el 20 % restante, cuyos derechos eran del jugador con un tope de 2 millones de dólares. Es decir que más allá de un razonable incremento salarial, el pedido del futbolista incluía que el mismo porcentaje que se le había concedido fuera adquirido para garantizarse un dinero a modo de reconocimiento.
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